Recibimos esta imagen que nos llena el alma: Max, feliz y libre, disfrutando de un atardecer en Las Médulas con su familia.
Fue adoptado, pero en realidad fue él quien adoptó a todos con su mirada tranquila y su corazón valiente.
Gracias a quienes eligen cambiar una vida. Gracias a quienes adoptan con el alma.