Hace unos años rescatamos a Aria de una vida miserable, comida por las moscas, atada a una cadena entre ganado. Sin apenas contacto. Fue un camino largo pero lo conseguimos. Encontramos en Holanda una familia maravillosa para ella. Hoy toca despedirnos y mirar al cielo perruno donde brillará con luz propia. Agradecemos los años de buena vida que le han dado a esta perrita.
Vuela alto Ari, nuestro cariño a tu familia.