La historia de Casper es de las tristes. Vivió junto a unas personas a las que él consideraba su familia pero por causas totalmente ajenas a él vuelve a vivir en un chenil.

Está desesperado entre las rejas… Espera día y noche encontrar sentido a lo que le está pasando. El rato que pasa en el patio es sociable con otros perros y cariñoso con los humanos.

Necesita un hogar que le devuelva la paz y, a su vez, le permita tener aventuras porque adora pasear y jugar. Casper no es apto con gatos.